—¡Buenas noches caballeros! ¿Tienen lista su bodega?
—¡hermosas noches asaltaviajeros!—respondí con una gorra imaginaria—nuestra no es esta cáscara de nuez, y si algo hay en la bodega muy mojado lo encontrareis ¿por qué? de acero son mis argumentos...
—Noche de polizones, tranquilo pajarito, no hay problema alguno—efectivamente, los titiriteros se multiplicaban por momentos—vosotros os quedáis con el grandullón, nosotros con las merca...
—¡Correo urgente!—mi compañero realizó un placaje digno de hércules antes de salir de escena; el amante de las plumas comenzó a levantarse mientras sus camaradas se acercaban hacia mi con puñales y espadas. Antes de que ninguna de las dos partes pudiera reaccionar la cubierta se llenó de plumas y el crujido de huesos.
"Tonelete" silbo y expulsó una columna de vapor, los titiriteros lo rodeaban, como estatuas de hielo intentaban no mirar a lo que había debajo de su bota derecha mientras yo me alejaba, todo lo lenta y silenciosamente que podía, intentando convertirme en una sombra más de la noche. Toda persona se rige por un código, una lógica que se trastoca ante la visión de la muerte de alguien cercano, se derrumban pilares que creíamos inquebrantables y nos convierten en una persona insegura en busca de un por qué, o de venganza.
En venganza debían de pensar, en un frenético y desquiciado impulso que los lanzó contra la escafandra y los brazos metálicos: intentaron acuchillar la armadura en vano, arrancar los tubos y anclajes de aquella mole que con tanta indiferencia había aplastado al amante de los pájaros, a su camarada. Pero no, no se olvidaron de nosotros, eran muchos, y seguían llegando desde las fachadas en ruinas: comenzaba el baile.
—¿Como lo llevas?—golpeé por última vez con la tubería, lanzando por la borda a mi atacante, antes de darme la vuelta hacia mi compañero, que sujetaba el cuello de otro entre sus brazos.
—Cuatro, llevo cuatro con este-el titiritero se derrumbó noqueado por un golpe certero; sobre la magullada cubierta danzaban ladrones y máquina a golpes de puño y cortes de espada, embestían los enmascarados a la criatura con fiereza, obteniendo como único resultado el silbido de la bestia y el acero de sus puños-pero si te refieres al pisotón, no me lo esperaba, y no lo lamento...
—Cada uno se forja su destino.
—¿Con destino te refieres a acabar pisoteado?
—Mal lugar, momento...y carrera vital si me permites decirlo, si no hubiera querido ser un titiritero-la tubería hizo su trabajo, se impuso sobre las espadas, pierden el interés en la venganza, los heridos se arrastran mientras los magullados saltan hacia el agua-nos quedamos sin excusas, hay que hacer algo con el "tonelete"
—¿El Tonelete?—suspiró, se encogió de hombros y pateó el suelo—dicho así casi parece que fuera tu mascota...
—¿y lanzarle titiriteros y tuberías para que me los traiga de vuelta? dejando a un lado el hecho de que...habr....—el gigante nos observaba, cubierto de arañazos y salpicaduras de un rojo vital, expulsaba vapor esporádicamente; Tras la escafandra cambiaba la nebulosas de colores: el naranja y carmesí se convertían en verde y azul.Éramos gacelas cuyos iris observaban expectantes la feroz acometida de la bestia asesina.
Nada, silencio y quietud, calma y espera. La destartalada barcaza dorada zozobraba, tres qudabamos, al menos conscientes, sobre el puente descubierto.
—De acuerdo—impaciente rompí el silencio, cansado de esperar que el mundo girara de nuevo agité la lengua—vale ¡saludos! mi nombre es Pekers y mi compañero es Bornne...
—¡En...encantado!
—No se si me entiendes ¿me entiendes?—una nueva columna de vapor y un verde más intenso en la escafandra—¿eso es un si? vale, de acuerdo, entiendes ¿ves a este?—señalé con el pie a uno de los magullados bandidos, un rojo intenso seguido de un silbido corto fue su respuesta—gracias por la ayuda, siendo sinceros, por hacer la mayor parte, preguntarte si estas herido sería insultante me imagino—se llevó el puño al pecho, en el punto exacto donde el corazón se resguarda tras las costillas, un nuevo silbido—de acuerdo, la batalla ya ha terminado ¿crees lo mismo? eso es tranquilizador, muy tranquilizador ¿en honor a la verdad? si no hubieran aparecido los titiriteros te hubiéramos intentado tirar por la borda—la columna de vapor se elevó y perdió en la noche, volvió el carmesí al cristal.
—¿Pero que diablos haces?
—¡Vale, vale! calma ¿de acuerdo? ¡es la verdad! si vamos a viajar juntos hay que dejar las cosas claras:no sabíamos, ni sabemos nada de ti, solo que eras peligroso e intentabas destrozar una de las compuertas...
—Era defensa propia...compañero, supervivencia—Bornee se adaptó a la conversación como anillo al dedo de la viuda negra.
—Exacto, ahora las cosas han cambiado, si quieres viajar con nosotros hay unas cuantos detalles que debemos saber, las dos partes.
...
Podíamos verle desde la claraboya , con las piernas cruzadas nos observaba cerrar la escotilla del puente sin inmutarse. Empapados nos encontró el calor de los pasillos interiores.
—¿Cómo sabías que quería viajar con nosotros?
—Porque sabía de lo que huía.
—¿Huir, es..él?
—Si, nuestro metálico compañero teme lo mismo que cualquier hombre,la soledad.