sábado, 25 de enero de 2014

El Umbral: Dicen que la fortuna se cuenta en ¿toneladas?

—Como no nos demos prisa va a hundir el barco—prácticamente acabábamos de salir del puente cuando los golpes y crujidos se hicieron más intensos; cual oscura caverna la barcaza era recorrida por el eco metálico, como si nos reprochara nuestra tardanza.


—¿cómo se supone que vamos a evitar que lo haga? y no me digas que pidiéndole amablemente que desembarque—me encogí de hombros y trepé por la escalera de mano, hacia la plataforma de observación en cuya cima ondeaba una bandera de colores jubilados.


—La voluntad y la palabra del hombre salvarán al hombre de si mismo.

—¿Entra un brazo de unos cuantos kilos de acero en esa ecuación?

Un nuevo golpe, y el autor de aquel brazo, cuya figura dotaba de sentido a la palabra "inmensidad" retrocedió mostrándonos a nosotros, tristes sacos de huesos y carne, lo que era un auténtico hombre embutido en un traje de buzo.

—Maldito enano-mi compañero silbo arremangandose—si me queda algún diente después de esto pienso hacerme un estofado con su cabeza.

—Ya lo tengo-tras el cristal de la escafandra una macedonia de colorida inquietud escrutaba nuestras intenciones-el equilibrio, si le hacemos retroceder hacia uno de los bordes y caer nos libraremos de él.



—¿Piensas hacerle la zancadilla acaso?



—¿y que me destroce el pié? no gracias, lo que necesito es que le distraigas, que le lleves hasta el borde de la cubierta.


—¿yo?


—Eres más pequeño, yo peso más, le alcanzaré con más fuerza.



—Y claro, todo esto es una excusa para llamarme bajito.


—Si, y el gigante de una tonelada es el hermano gemelo del enano, lo siento pero es la única manera -sonreí involuntariamente, pese a toda la situación. Yresultóo ser una sonrisa contagiosa.


—En fin, hoy por ti mañana por mi.


—Interesado, que eres un interesado


—¿En seguir vivo? por supuesto-paso tras paso se alejo de mi lado, agitando los brazos de manera ridícula mientras gritaba y brincaba—¡ Aquí tonelete! ¡ Aquí bestia con patas! ¿Qué te ha hecho esa puerta? ¡Vamos! ¿A quien le vas a dar un abrazo de oso?


Con un leve pitido y una columna de vapor surgida de la misma escafandra "Tonelete" se alejó de la compuerta circular, acercándose al borde de la barcaza. Le seguía agachado, con pasos lentos y respiraciones cortas, pero, como sucede en la vida misma: las cosas se torcieron.



—Malas noches silencioso pajarito-una voz fría  maliciosa, de esas cuya risa provoca escalofríos mientras todas las alarmas se disparan en tu mente-¿esta el pajarito listo para ser desplumado?

Un titiritero claro; Sobre nosotros se alzaban los arcos y ventanales del Salón de las Máscaras mientras las sombras se tornaban figuras enmascaradas cuyos pies no tardaban en mancillar la cubierta de la barcaza.


¡Buenas noches caballeros! ¿Tienen lista su bodega?


¡hermosas noches asaltaviajeros!respondí con una gorra imaginarianuestra no es esta cáscara de nuez, y si algo hay en la bodega muy mojado lo encontrareis ¿por qué? de acero son mis argumentos...


—Noche de polizones, tranquilo pajarito, no hay problema alguno—efectivamente, los titiriteros se multiplicaban por momentos—vosotros os quedáis con el grandullón, nosotros con las merca...


—¡Correo urgente!—mi compañero realizó un placaje digno de hércules antes de salir de escena; el amante de las plumas comenzó a levantarse mientras sus camaradas se acercaban hacia mi con puñales y espadas. Antes de que ninguna de las dos partes pudiera reaccionar la cubierta se llenó de plumas y el crujido de huesos.


"Tonelete" silbo y expulsó una columna de vapor, los titiriteros lo rodeaban, como estatuas de hielo intentaban no mirar a lo que había debajo de su bota derecha mientras yo me alejaba, todo lo lenta y silenciosamente que podía, intentando convertirme en una sombra más de la noche. Toda persona se rige por un código, una lógica que se trastoca ante la visión de la muerte de alguien cercano, se derrumban pilares que creíamos inquebrantables y nos convierten en una persona insegura en busca de un por qué, o de venganza.


En venganza debían de pensar, en un frenético y desquiciado impulso que los lanzó contra la escafandra y los brazos metálicos: intentaron acuchillar la armadura en vano, arrancar los tubos y anclajes de aquella mole que con tanta indiferencia había aplastado al amante de los pájaros, a su camarada. Pero no, no se olvidaron de nosotros, eran muchos, y seguían llegando desde las fachadas en ruinas: comenzaba el baile.


—¿Como lo llevas?—golpeé por última vez con la tubería, lanzando por la borda a mi atacante, antes de darme la vuelta hacia mi compañero, que sujetaba el cuello de otro entre sus brazos.


—Cuatro, llevo cuatro con este-el titiritero se derrumbó noqueado por un golpe certero; sobre la magullada cubierta danzaban ladrones y máquina a golpes de puño y cortes de espada, embestían los enmascarados a la criatura con fiereza, obteniendo como único resultado el silbido de la bestia y el acero de sus puños-pero si te refieres al pisotón, no me lo esperaba, y no lo lamento...


—Cada uno se forja su destino.


—¿Con destino te refieres a acabar pisoteado?


—Mal lugar, momento...y carrera vital si me permites decirlo, si no hubiera querido ser un titiritero-la tubería hizo su trabajo, se impuso sobre las espadas, pierden el interés en la venganza, los heridos se arrastran mientras los magullados saltan hacia el agua-nos quedamos sin excusas, hay que hacer algo con  el "tonelete"


—¿El Tonelete?—suspiró, se encogió de hombros y pateó el suelo—dicho así casi parece que fuera tu mascota...


—¿y lanzarle titiriteros y tuberías para que me los traiga de vuelta? dejando a un lado el hecho de que...habr....—el gigante nos observaba, cubierto de arañazos y salpicaduras de un rojo vital, expulsaba vapor esporádicamente; Tras la escafandra cambiaba la nebulosas de colores: el naranja y carmesí se convertían en verde y azul.Éramos gacelas cuyos iris observaban expectantes la feroz acometida de la bestia asesina.


Nada, silencio y quietud, calma y espera. La destartalada barcaza dorada zozobraba, tres qudabamos, al menos conscientes, sobre el puente descubierto.


—De acuerdo—impaciente rompí el silencio, cansado de esperar que el mundo girara de nuevo agité la lengua—vale ¡saludos! mi nombre es Pekers y mi compañero es Bornne...


—¡En...encantado!


—No se si me entiendes ¿me entiendes?—una nueva columna de vapor y un verde más intenso en la escafandra—¿eso es un si? vale, de acuerdo, entiendes ¿ves a este?—señalé con el pie a uno de los magullados bandidos, un rojo intenso seguido de un silbido corto fue su respuesta—gracias por la ayuda, siendo sinceros, por hacer la mayor parte, preguntarte si estas herido sería insultante me imagino—se llevó el puño al pecho, en el punto exacto donde  el corazón se resguarda tras las costillas, un nuevo silbido—de acuerdo, la batalla ya ha terminado ¿crees lo mismo?  eso es tranquilizador, muy tranquilizador ¿en honor a la verdad? si no hubieran aparecido los titiriteros te hubiéramos intentado tirar por la borda—la columna de vapor se elevó y perdió en la noche, volvió el carmesí al cristal.


—¿Pero que diablos haces?


—¡Vale, vale! calma ¿de acuerdo? ¡es la verdad! si vamos a viajar juntos hay que dejar las cosas claras:no sabíamos, ni sabemos nada de ti, solo que eras peligroso e intentabas destrozar una de las compuertas...


—Era defensa propia...compañero, supervivencia—Bornee se adaptó a la conversación como anillo al dedo de la viuda negra.


—Exacto, ahora las cosas han cambiado, si quieres viajar con nosotros hay unas cuantos detalles que debemos saber, las dos partes.



                                                     ...


Podíamos verle desde la claraboya , con las piernas cruzadas nos observaba cerrar la escotilla del puente sin inmutarse. Empapados nos encontró el calor de los pasillos interiores.


—¿Cómo sabías que quería viajar con nosotros?


—Porque sabía de lo que huía.


—¿Huir, es..él?

—Si, nuestro metálico compañero teme lo mismo que cualquier hombre,la soledad.









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